jueves, 31 de mayo de 2012

LA PRÁCTICA DOCENTE Y EL PROSELITISMO POLÍTICO EN EL AULA


En estos últimos años, los docentes de carrera hemos sido actores de una tragicomedia en donde los malos son los protagonistas y los buenos los antagonistas... raro no? Pues sí, aunque no se crea cada vez que hemos visto como se viola expresamente la LOE (2009) en su articulo 12 "No está permitida la realización de actividades de proselitismo o propaganda partidista en las instituciones y centros educativos del subsistema de educación básica..." y tratamos de hacer ver que eso es incorrecto y que por lo tanto se debe entrar en razón, se nos tilda de ser resistente al cambio, de estar en contra de los lineamientos e incluso de ser APATRIDA... Santo Cristo.

En vista de la inconsistencia entre el deber ser y el hacer de la educación en estos últimos años, me tomo el atrevimiento de advertir algo que aunque todo docente debe tener en cuenta, lo hemos dejado pasar,  quizás por miedo a perder el puesto de trabajo, por indiferencia, por apatías, por no sentir apego a la carrera, o por cualquier otra razón que le pueda venir a la cabeza. El asunto es ¿Cómo debe ser el actuar de un docente desde su función formadora cuando se mezcla la educación con el proselitismo?

La educación es un hecho susceptible a la manipulación de quien la dirige. El docente debe recordar que a las mentes en formación se les orienta, se les explica y se les invita a que investiguen para que saquen sus propias conclusiones... Más no se le manipula mostrándole solamente lo que al docente le conviene enseñar.

La mente en formación cree ciegamente lo que el docente le muestra, le dice,  o le enseña... pues para ellos su maestro(a) o profesor(a) es la autoridad. Cuando un educador emplea dicha autoridad para manipular la mente de sus estudiantes cae en perversión educativa. Entendida la perversión como "Corrupción moral, transmisión de maldad y vicios a través de la enseñanza" 1

Desde esta perspectiva no se acepta como justificativo valido la típica  excusa  que plantea: "lo hice por que fue una orden de mi superior." El cumplimiento de la ley se debe imponer ante todo síntoma de autoritarismo.

La preservación de un aula libre de proselitismo o propaganda partidista no se hace por el simple capricho de esta docente sino por el respeto aquellos estudiantes cuyos padres pudieran ser o tener pensamientos opuesto  al que se quiera imponer y quienes no envían a sus hijos a la escuela para que se los adoctrinen.

Seamos honestos y practiquemos el fair play. Nuestras escuelas no son cultivos en donde se pretende sembrar futuros adeptos.



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